Durante siglos conocida con el nombre de "La Casa de la Posada", era lugar de hospedaje de gentes de vida errante, arrieros, comerciantes y temporeros encontraban aquí sitio para aparcar sus pertrechos de trabajo y reparar fuerzas.
Su construcción probablemente se remonta a principios del siglo XVIII, y ahora se ha rescatado su naturaleza original y con ella la función que la casa desempeñó durante siglos.
Distribuida en tres plantas de 130 m2 cada una dispone de 6 habitaciones dobles de gran amplitud (15 a 22 m2), salón comedor de 30 m2 con terraza TV y DVD, 3 cuartos de baño y 1 aseo, 2 cocinas, 2 chimeneas, patio, garaje y un museo etnológico con utensilios de la época que sirvió como posada.