El Mercado Medieval de San Jerónimo rescata una añeja tradición comercial que se remonta a 1294, cuando Sancho IV concedió a la villa la realización de una feria franca anual, que se convirtió en el mercado de ganados más importante de España.
Esta circunstancia, unida a que Talavera era el lugar de confluencia de importantes cañadas ganaderas, hizo crecer en la ciudad una incipiente labor artesanal que giraba en torno a la ganadería: cueros, herramientas, ropas, cerámica, aperos, armas, calzados y un sin fin de artículos que daban a la ciudad un aspecto de gran lonja.
Hoy, al acudir al Mercado Medieval de San Jerónimo, podremos encontrar múltiples productos de auténtica artesanía: cerámica, cuero, forja, productos autóctonos, antigüedades, herboristería...; adobados con juegos para niños, actuaciones de teatro en la calle, "museillo", visitas guiadas a monumentos y acompañados de la sabrosa y exquisita gastronomía de la zona, que hará las delicias de los gustos más exigentes: pichones, perdiz, cordero, venado, jabalí, liebre, carillas y sandías de Velada, quesos y mieles de la Jara, lechugas de Alcaudete, garbanzos de Las Herencias, embutidos de Bayuela, castañas de El Real, higos de Cebolla, variados dulces de sartén y horno..., todo regado con vinos de Montearagón y Valdepusa o aguas minerales de Belvís y Calera.