Entre calles de sillar y asfalto, donde se funden presente y pasado, encontrará gran número de palacios junto con casonas señoriales. Entre ellas destacan:
La Casa de los Amoraga, en la calle de Colón, es un excepcional edificio del siglo XVII. Conserva una preciosa portada con el escudo de la familia. Tiene planta rectangular en dos alturas organizado en torno a un patio de columnas y entramado interior cuadrado de capiteles dóricos en piedra rematados calzados por zapatas de madera labrada.
La Casa de los Linajes o de los Salcedo, en la calle San Estéban, colindante a la Parroquia de Santa María de la Merced, perteneciente al siglo XVII. Edificio exento de planta cuadrada y dos alturas con sillería en la fachada principal. Portalón adintelado con balconada superpuesta, flanqueada por escudos de armas que dan muestra de su importancia histórica.
La Casa de los Montalbo, está situada frente de la iglesia de San Nicolás de Medina, en la calle Guadalupe. Casa de arquitectura civil, terminada en 1684 según inscripción, donde se instaló la que para muchos está considerada como la segunda imprenta que funcionó en España, donde se imprimieron las ordenanzas reales recopiladas por Alonso de Montalvo. Sillería, arquitrabes y alero a bocateja son sus señas de identidad.
La Casa de los condes de Garcinarro está situada en la calle más céntrica del municipio, la Juan Carlos I. Construida a mediados del siglo XVI, destaca por su fachada, del siglo XVIII, y por el escudo de D. José Antonio de Parada Vidaurre de Mendoza.
Casa de Plaza de la Merced, destaca por su amplitud y altura, está situada frente al edifico más importante en el municipio: el monasterio de Santa María de la Merced. De inicios del siglo XX, se presenta al exterior con un juego de volúmenes cúbicos entre sus distintas dependencias mediante diferentes tamaños y alturas, dotando de gran plasticidad a la construcción coronada en gran parte de su cubierta plana con graciosa balaustrada.