La Iglesia parroquial de Santa María actualmente es un conglomerado de construcciones de distintos estilos y épocas, en el que están representados la arquitectura ojival en sus diversas fases y el estilo mudéjar, tan arraigado en tierras de Toledo. El exterior presenta fábrica de aparejo toledano junto a mampostería y sillería, y en la fachada de la plaza se advierten los ábsides, cuadrilongos el central y semicirculares los laterales.
Su planta es de cruz latina con tres naves, cubiertas con bóvedas de crucería con nervaduras de mayor complejidad conforme avanzamos hacia los pies, y a cuyos costados fueron adosadas con el tiempo varias capillas, algún departamento accesorio y la hermosa y espectacular torre mudéjar, denominada "la Giralda de La Sagra", considerada como una de las mejores de España.
La torre conserva un atractivo especial y es admirada por su espectacular arquitectura y sus elementos decorativos. Es de planta cuadrada, consta de seis cuerpos en los que se sitúan arcos entrelazados, de herradura, apuntados y lobulados. Su fábrica es de mampostería y ladrillo, imitando a los alminares mahometanos.
El aspecto que presenta el templo se lo debemos a la gran remodelación del último cuarto del XV y a lo largo de todo el siglo XVI. De esta misma época son las capillas laterales que se abren en el muro norte y la misma sacristía.
Quedan algunos restos arquitectónicos platerescos como los arcos formeros del coro y el que hay a la entrada de la Capilla de las Ánimas. Del siglo XVI nos queda la remodelación del ábside central que de semicircular se cambió a cuadrado, tal como hoy lo conocemos.