Las piezas centrales son tres belenes a gran escala que dan fe de las diferentes tradiciones que representan. El primero es un belén napolitano, siguiendo la estela de las escenas que recrean el Nápoles del siglo XVIII. Este tipo de belén fue introducido en España por el monarca Carlos III, también rey de Nápoles. También se cuenta con un belén provincial, creado expresamente para este museo, y que recorre las costumbres de las gentes conquenses ataviadas con sus ropas típicas, ya sean serranas, manchegas o alcarreñas, mientras participan en juegos o danzas populares.
Por último, no podía faltar el belén tradicional, aunque con una pincelada original que incluye escenas que no son usuales, como es el caso de la matanza de los inocentes, excluida en otros países por su carga de crueldad.
Además de los tres belenes, el museo cuenta con un buen número de dioramas y recortables, sobresaliendo los que provienen de países de Europa del Este y central, como Polonia, República Checa o Eslovaquia, zonas con una tradición belenista muy antigua. También se pueden ver diversos documentos, reproducciones de piezas de Salzillo, figuras típicas del belén veneciano, nacimientos y pesebres de distintas partes del mundo, así como de las distintas regiones de nuestro país.