El municipio está lleno de buenos ejemplos de arquitectura popular atencina. Su Iglesia Parroquial de la Inmaculada Concepción fue construida a finales del S. XIX para sustituir a la pequeña iglesia que había en el Cementerio, de la que aún se conservan las dos campanas, fundidas en 1797 y dedicadas a la Inmaculada Concepción, la grande, y a Jesús, María y José, la pequeña, y una pila de agua bendita de piedra toba que sostiene ahora la luz del Santísimo.
En Viana existió tejar y molino. En el Molino hubo una pequeña alfarería, llamada La Constancia, donde se elaboraban los objetos propios de esta industria. También existen numerosas bodegas, las cuales ponen la nota más original dentro del paisaje urbano de la localidad. Las bodegas son pequeñas cuevas escavadas debajo de las calles, de las casas... que se empleaban para conservar el vino.