Principales atractivos
A la comarca de la Manchuela pertenecen estas tierras llanas que limitan con la provincia de Albacete, en Villagarcía del Llano el viajero encontrará tranquilidad para su estancia además de varios lugares de interés para conocer. Empezando por su conjunto urbano que se articula en torno a la Plaza Mayor, la iglesia parroquial de Santiago, la casa palacio del Arzobispo Núñez de Haro y el propio Ayuntamiento, serán lugares que no olvidará fácilmente.
Qué veremos
Los barrios, plazas y calles de la localidad forman un interesante conjunto urbano en lo que a arquitectura popular se refiere. Las casas se agrupan en torno a la Plaza Mayor, cuadrada, obteniéndose un plano bastante radial del conjunto. La propia plaza ya forma un espacio monumental en sí misma, en ella el viajero encontrará la iglesia y el Ayuntamiento de la villa. Éste último fue construido en los siglos XVII y XVIII, tiene dos alturas y planta rectangular, como suele ser habitual en este tipo de edificios. En el piso inferior se abre un gran arco de medio punto que sirve de paso entre la plaza y otra calle, lo que hace que nos encontremos dos fachadas bastante similares ambas con balconada corrida y balcones de un solo hueco en la planta superior.
Respecto a la iglesia de Santiago Apóstol se mezclan en ella el neoclásico y el barroco colonial. La sobriedad de la fachada, bastante simétrica por cierto, contrasta con un interior más decorado con medallones y estucos. De tres naves y planta de cruz latina, las laterales están cubiertas por bóvedas de aristas y el crucero y el cabecero con cúpulas sobre pechinas. Entre sus bienes muebles veremos un retrato del mecenas precursor del templo, el arzobispo de Méjico.
Acceso
Procure respetar el horario de culto religioso en la iglesia y para el resto de visitas consulte en el Ayuntamiento.
Te recomendamos
No puede irse de Villagarcía sin ver el palacio-casa del arzobispo Núñez de Haro y Peralta, sito en la calle del mismo nombre. Se trata de una casa en esquina levantada en el siglo XVII y reformada en el XIX, en torno a un gran patio central cuadrado. La planta baja está porticada con arcos de medio punto y balconada corrida sujeta por columnillas de hierro en la superior.