La cuenca del Tajo, en el término municipal de Azután, esconde o muestra, según se mire, este enigmático monumento característico del Neolítico y Calcolítico. El dolmen ha sido siempre objeto de estudio y curiosidad ya que a pesar de tener un claro origen funerario se ha investigado como hito señalizador del territorio y como elemento de refuerzo de la identidad del clan.
Además, numerosos estudios arqueo-astronómicos han intentado identificar patrones constructivos que los relacionen con la posición de los astros. Así envuelto en ciencia, astrología, superstición y magia este dolmen de cámara y corredor se abre paso a nuestra mirada y permanece en nuestra memoria merced a su grandiosidad y a los elementos que han prevalecido en su conservación. Se contabilizan un total de 84 cazoletas, un grabado antropomorfo, tres líneas acompañando motivos cuadrados y un diseño elíptico, así como una gran estría, sobre 26 bloques graníticos distribuidos en las diferentes partes del monumento: cámara, anillo peristalítico, corredor y túmulo.
Nuestra visita a la prehistoria se ve acompañada de los ornamentos de la piedra que sitúan su remota fecha mientras nos recuperamos de la impresión de que tales construcciones fueran posibles entonces.
Acceso
El acceso es libre