Ruta del destierro del Cid
Norte de Guadalajara
Según cuenta su romance, Rodrigo Díaz de Vivar huyó, en el s. XI por los entonces territorios musulmanes del norte de Guadalajara. Seguiremos su ruta por lugares que conservan aún su espíritu medieval.
Estriégana
Maranchón
Rillo de Gallo
Molina de Aragón
Una visita a la oficina de turismo en la calle las Tiendas 62, teléfono 949 832 098, facilitará nuestro recorrido por la ciudad, y la visita guiada al castillo.
El castillo en que habitó el Cid
Rodrigo Díaz de Vivar se caracterizó en su exilio por ser amigo de los caudillos musulmanes, y aliarse en ocasiones con ellos en expediciones militares. La historia nos habla de su paso por el castillo de Molina.
Torre de Aragón
Una segunda fortaleza dentro del castillo de Molina, por la que comenzará nuestra visita, pues fue la fortaleza árabe primigenia que conoció el Cid. En su cumbre una terraza almenada permite divisar toda la comarca de Molina de Aragón.
Barrio de Doña Blanca
La gran muralla que rodea el recinto albergó uno de los barrios de Molina en el s. XIII. Quedan los restos de la iglesia románica de Santa María del Collado para atestiguarlo, y la Cueva de la Mora, una sima natural.
Castillo de Don Manrique
El castillo propiamente dicho es obra de Don Manrique, primer señor de Molina de Aragón, en el s. XII. En su interior encontraremos bóvedas de crucería, restos de decoración en sus paredes, y escritos de soldados que en diferentes épocas ocuparon la fortaleza. En el patio de armas, la residencia del señor, caballerizas, horno, habitaciones, pozo, aljibe, almacenes y calabozo.
Judería molinesa y barrio de la morería
Si algo caracterizó la época del Cid fue la convivencia de las tres culturas, cristiana, judía y musulmana. Molina de Aragón conserva su barrio judío, de calles auténticamente medievales, y el barrio de la morería, donde las casas son más anchas en su parte superior, por el reducido espacio que dejaba el recinto de la muralla.