Sierra del Segura: un rincón prodigioso 2/2

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Sierra del Segura: un rincón prodigioso 2/2

Continuando con el recorrido por los rincones más espectaculares de la Sierra del Segura, nos detenemos ahora en algunos de los coquetos pueblos de visita indispensable para conocer estas tierras.

Ayna –la “Suiza manchega”– es uno de esos lugares que no dejan indiferente. Esta pintoresca villa, enclavada en un bello balcón que se asoma a la hoz del río Mundo, se ha convertido en centro de peregrinaje para los amantes de Amanece que no es poco, la genial película de José Luis Cuerda que se rodó en estos parajes y en escenarios de las cercanas localidades de Liétor y Molinicos.

Ayna Noche BlogAyna.

Elche de la Sierra, el mayor pueblo de la Sierra del Segura, es el corazón comercial y económico de la comarca. Las  empinadas calles de su animado centro urbano nos conducen a la monumental iglesia de Santa Quiteria. Estamos ante un paisaje de contrastes marcado por el río Segura, que se encajona y zigzaguea en estas tierras creando rincones de gran belleza. Sus encierros taurinos y la fiesta del Corpus Christi, con la elaboración de coloridas alfombras de serrín que tapizan las calles del pueblo, son celebraciones que congregan a miles de visitantes.

También colgado sobre la hoz del río Mundo, Liétor es un mirador excepcional excavado en la roca caliza. En el paseo por su entramado urbano no hay que dejar de visitar la iglesia de Santiago Apóstol, el antiguo convento de frailes carmelitas de San Juan de la Cruz y la ermita de Belén, una joya cuyos murales están considerados la mejor colección española de pintura popular del siglo XVIII, y que siempre sorprende al visitante.

Lietor BlogLiétor.

En torno a un cerro rodeado e amplias zonas de cultivo se levanta Socovos. Su castillo es  el único que conserva, junto con el de Jorquera, las murallas almohades originales; a su lado, y configurando un bello  conjunto, se levanta la iglesia de la Asunción. Muy cerca, y como referencia para todo tipo de actividades acuáticas, se encuentra el pantano del Cenajo.

Letur conserva el trazado islámico definido durante el periodo andalusí. Callejuelas quebradizas configuran un casco urbano que se asoma como espléndido mirador a las vegas cercanas. En sus alrededores encontramos numerosos abrigos o cavidades que conservan una interesante muestra de arte rupestre declarado Patrimonio de la Humanidad bajo el nombre de Arte Rupestre del Arco Mediterráneo de la Península Ibérica.

LeturLetur.

El pueblo más alto de toda la provincia de Albacete (1.172 metros sobre el nivel del mar) es Paterna de la Madera y su entorno, con el río Madera como protagonista, encierra un paisaje de gran belleza.

Bogarra es una de esas villas serranas, levantada en las faldas de la serranía, que se presta a amables paseos sosegados por sus empinadas calles. Varias rutas recorren el pueblo y los alrededores con las aguas del río del mismo nombre como uno de sus protagonistas. No muy lejos se alza la Torre de Haches, vestigio defensivo de los tiempos de Al-Andalus.

El municipio más al sur de Albacete y de toda Castilla-La Mancha es Nerpio. Situado en una zona fronteriza y de privilegiada naturaleza cuenta conn umerosos miradores naturales y los restos del castillo de Taivilla que ejerce de pétreo vigía. De su activo pasado prehistórico dan cuenta los numerosos abrigos con pinturas rupestres que en 1998 (junto a las ya mencionadas de Letur) han sido declaradas Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.

Nerpio Abrigo BlogAbrigo en Nerpio.

En Férez, tierra de cultivos y paisajes ondulados, el río Segura es el protagonista de una naturaleza en la que destacan parajes como el Rincón del Río, la MinaHijar o el Molino Viejo.

Molinicos es pueblo de estrechas y empinadas callejas, con un curioso Museo del Níscalo y un entorno en el que descubrir pintorescas aldeas; junto a Ayna y Liétor es uno de los escenarios de la ya mencionada Amanece que nos es poco.

La Sierra del Segura es, en resumen, una zona para los amantes de la naturaleza que buscan el paseo sosegado y tranquilo por sus bosques e encinas, pinos o quejigos, o soltar adrenalina con práctica de deportes de aventura como el barranquismo, el piragüismo, la bicicleta de montaña, las rutas a caballo o el parapente. Y también un rincón con una delicada riqueza patrimonial. A todo esto hay que añadirle una interesante y cada vez más cuidada oferta de alojamiento y restauración.

31/08/2017
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