En el año 1162, Atienza estaba sitiada por el ejército leonés, ansioso de apoderarse del infante Alfonso VIII, heredero del trono de Castilla, que entonces tenía sólo siete años. Los atenzinos idearon una estratagema para salvarlo: disfrazándolo de arriero, partieron con él a caballo, y pasaron ante las mismas narices de las fuerzas leonesas, simulando una romería. Hoy, nueve siglos después, los vecinos vuelven a salir de Atienza, cada año, en su Caballada, ataviados con capa y sombrero español, seguidos por las gentes de a pie. En la misma romería improvisada en el s. XII, que hoy hace real la Cofradía de la Santísima Trinidad, llamada antes de arrieros, cabalgando desde la ciudad hasta la Ermita de la Estrella.
El día grande de La Caballada es el Domingo de Pentecostés. Hacia las 8 de la mañana, los hermanos acuden en caballerías vistosamente enjaezadas a casa del "prioste", y desde allí a la del abad, y todos juntos se encaminan en romería a la ermita de la Estrella. Una vez allí, bajan de sus caballerías y comienza la procesión, siendo muy curiosa la subasta de los banzos o brazos de las andas, cotizada en celemines de trigo.
Fiesta de interés turístico nacional.
Fecha de celebración:
Fecha variable. Domingo de Pentecostés en mayo.
Sugerencias:
Ninguna ocasión mejor que esta fiesta para degustar la gastronomía tradicional, originaria también del siglo XII, que se disfruta en Atienza: cordero asado servido con pasas y cogollos de lechuga, entre otras delicias. No cabe duda de que si Alfonso VIII se marchó, fue obligado.
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