Principales atractivos
Visitar un castillo del siglo XIII, en pleno medievo, supone conocer una fortaleza como ésta, sin ventanas, saledizos, ni otros elementos defensivos. Una típica torre fuerte, pensada como refugio de una pequeña guarnición, y apoyo al poblado que se estableció en sus cercanías.
Historia y descripción
Accederemos por una puerta pequeña, con arco de medio punto, y podremos observar sus muros, de metro y medio de espesor. Del resto, nada queda. Pero no importa demasiado, pues por su ubicación, a los pies de la Sierra del Puerco, y en la confluencia del río Cedean y el arroyo Malamonedilla, podremos disfrutar de una gran belleza paisajística. En los alrededores encontraremos, excavados en la roca, sepulcros medievales. Malamoneda fue un poblado contiguo al castillo, establecido tras la reconquista cristiana del siglo XIII. En Aunque perteneció al caballero Alfonso Téllez, y después al arzobispo de Toledo, pasó a formar parte de las propiedades reales desde el reinado de Fernando III el Santo.
Acceso al castillo
Acceso libre
Curiosidades
El nombre de Malamoneda se justifica por la leyenda de un templario traidor, que permitió el acceso de los musulmanes a la fortaleza a cambio de una recompensa en oro. Todos sus ocupantes fueron muertos, incluido el traidor. Al llegar los refuerzos cristianos, observaron que los cuerpos, arrojados desde el castillo, se habían hundido en las rocas, sepultándose de forma natural. Todos salvo uno, que sujetaba en las manos una moneda de oro