Principales atractivos
Salvatierra es la oportunidad de disfrutar de un excelente observatorio militar, a los pies del cerro de La Atalaya antes rodeado de otras pequeñas fortificaciones como Castilviejo. Los romanos ya lo usaron para vigilar el paso de gentes por su calzada, entre Córdoba y Toledo, centros neurálgicos de Hispania. Después, cristianos y musulmanes se lo disputarían para garantizar el paso de sus ejércitos, en ambos casos para invadir el territorio vecino.
Historia y características
El origen del castillo radica en la anterior existencia de una de las torres de vigilancia que flanqueaban una calzada romana que recorría la comarca, y sobre la que los musulmanes construyeron una fortaleza. Se estima que su primera construcción por los musulmanes data de los años 850-60, y en un principio sirvió para control entre los reinos árabes, aunque su papel más relevante lo adquirió como controlador del paso de Sierra Morena y el Puerto del Muradal, a finales del siglo XII y principios del XIII, cuando el avance cristiano pone en peligro la hegemonía de los musulmanes.
A partir de este momento, Salvatierra será el centro de atención tanto para cristianos como para musulmanes. Para los cristianos era un excelente observatorio militar que estaba rodeado de otras pequeñas fortificaciones cercanas como la de Castilviejo, y para los musulmanes por el control del posible acceso de fuerzas cristianas hacia Al-Andalus.
Acceso al castillo
Existe un acceso directo desde la carretera por un camino llamado de la Bodega, que empalma con el llamado camino del Castillo, el cual desemboca en la cara sur de la fortaleza, quedando restos del antiguo camino.
Curiosidades
Los acontecimientos más relevantes que atañen al castillo, se producen en la batalla de Alarcos y en la batalla de las Navas de Tolosa.
La batalla de Alarcos fue una gran derrota cristiana, porque el rey cristiano Alfonso VIII emprendió la lucha sin esperar el apoyo del rey navarro y del leonés. Sus caballeros fueron masacrados por los almohades, y el rey sacado a la fuerza, herido, de la contienda. Pero juró vengarse.
Y la venganza acontenció años después, en la batalla de las Navas de Tolosa, que marcaría el fin del dominio musulmán de la Península Ibérica. Durante este enfrentamiento, el califa Al-Nasir, llamado Miramamolín por los cristianos, huyó precipitadamente viéndose derrotado, mientras su guardia era masacrada en una terrible carnicería, pero fiel a mantenerse en su puesto, tal como habían prometido al huído califa.
Los caballeros musulmanes volverían a tomar Salvatierra, manteniéndola, para lavar el honor de la vergonzosa conducta de su líder, y pese a que, a sus espaldas, el imperio almohade se desintegraba.
