Ciudad Real se extiende en el Campo de Calatrava enseñoreando su condición típicamente manchega, quijotesca y cristiana. Alfonso X funda, en el paraje Pozuelo Seco de Don Gil en 1255, la Villa Real, es por tanto una ciudad medieval y cristiana por antonomasia como evidencian sus edificios y los vestigios de su origen.
De esta huella del siglo XIII encontramos la Puerta de Toledo único resto de la antigua muralla, dentro la ciudad se organizaba en torno a tres ejes de los que aún tenemos muestras. La Plaza Mayor, con el semblante ecléctico de los distintos siglos que la tejen, conserva la casa del Arco, antiguo ayuntamiento, de lo que fue el centro civil y económico en la edad media. El otro vértice, la Catedral de Nuestra Señora del Prado, fechada a finales del XIII, constituía el ámbito religioso. El centro militar era el Alcázar, en la parte alta y del que hoy queda el Torreón.
Sumida en este ambiente medieval y religioso, conventos, iglesias, ermitas… revolotean el aroma espiritual de distintos tiempos. Tiempos que fueron cambiando y llevaron otros aires a la ciudad como la construcción del ferrocarril en el siglo XIX, que se confunde en La Ferroviaria con la memoria del Quijote y los jardines del Parque Gasset. Museos, como el de el Arte Sacro y el de Elisa Cendrero, terminan de explicarnos la ciudad de los reyes. Otras casas civiles, como la Casa de la Feria, la del Mercado o la de Hernán Pérez Pulgar transitan su historia a través de los siglos.
Su origen hay que buscarlo a escasos 8 km en el Parque Arqueológico de Alarcos-Calatrava, donde la dualidad, las luchas y las migraciones completan el relato de esta ciudad que reina en la meseta.
Entre sus fiestas más destacadas está La Pandorga, en la que se representa el agradecimiento de los agricultores a la Virgen del Prado por los frutos recibidos de la cosecha.
La provincia de Ciudad Real cuenta con tesoros de la talla de Almagro, internacionalmente conocida por la celebración de su Festival de Teatro Clásico, que se celebra en el Corral de Comedias del siglo XVII.
Villanueva de los Infantes, en el Campo de Montiel, es una villa repleta de tesoros arquitectónicos que envuelven nuestra mirada de pasado entre sus piedras legendarias. La vida gira alrededor del conjunto monumental de la Plaza Mayor de principios del siglo XVII. Forma parte de la Red de Pueblos más bonitos de España.
La localidad de Almadén guarda otro de los tesoros de la provincia: el Parque Minero de Almadén. Tras el cierre de su actividad minera en 2003, las minas más antiguas del mundo, cuya actividad se ha mantenido hasta nuestros días, muestran sus secretos.
El mercurio, la plata viva de los romanos, se muestra en el Parque en todos sus aspectos, la extracción de su mineral, el cinabrio, sulfuro de mercurio, su transformación en los hornos metalúrgicos, sus propiedades físicas y químicas, sus usos y, como no, su eterna historia. Las instalaciones del Parque Minero, los pozos, edificios e instalaciones son el corazón de los bienes españoles inscritos en la lista de Patrimonio de la Humanidad.
Entre las citas más destacadas de la provincia está la Ruta de la Pasión de Calatrava, un espectáculo que trasciende el ámbito religioso. Es un itinerario de cinco días de duración por las principales actividades desarrolladas desde el Miércoles Santo hasta el Domingo de Resurrección en el Campo de Calatrava; un recorrido por los municipios de Aldea del Rey, Almagro, Bolaños, Granátula, Miguelturra, Pozuelo, Torralba, Valenzuela, Moral y Calzada de Calatrava.
Para los amantes de la naturaleza, Ciudad Real cuenta con una amplia oferta: Parque Nacional de Cabañeros, Parque Nacional de Las Tablas de Daimiel, el Parque Natural de las Lagunas de Ruidera y el Parque Nacional del Valle de Acudia.
La gastronomía es otro de los ingredientes que harán inolvidable tu visita a Ciudad Real. Las migas, el pisto manchego o las gachas elaboradas con harina de almortas. Y para terminar los roscos y rosquillas.
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A-43