IGLESIA Y CONVENTO DE SAN FRANCISCO
La fundación del Convento de San Francisco fue iniciativa de D. Diego de Toledo, hijo del Duque de Alba D. Fadrique Álvarez de Toledo, y sobrino del Rey Fernando el Católico. El motivo fue la confirmación de la posesión del Priorato de León de la Orden de San Juan. En agradecimiento, donó unas casas y una huerta, a las afueras de la villa, para el establecimiento de un convento e iglesia dedicados a San Francisco de Asís. Este mecenazgo, aparece en el texto latino grabado sobre el dintel de la puerta de entrada a la iglesia en latín y que transcrito dice así: Obra dedicada a San Francisco. Ésta es la Casa del Señor, firmemente edificada por mandato del Ilustrísimo Señor D. Diego de Toledo, Prior de Castilla, siendo Papa Clemente VII y Carlos V Príncipe de las Españas. Año de 1532, día 2 de marzo.
Se opina que los arquitectos encargados de levantar el templo debieron ser los mismos que los encargados de erigir Santa Quiteria. Serían las donaciones de los alcazareños las que permitirían la construcción de la iglesia. Se dice, incluso, que fueron los propios vecinos quienes se encargaron de transportar el material a la población, o que las campanas se realizaron con monedas de oro fundidas y donadas por los alcazareños.
La construcción pasaría a ser denominada como Universidad de Alcázar o de San Francisco, ya que con los años acogería dos cátedras nacidas en 1619: la de Gramática y la de Artes, adaptándose posteriormente también las cátedras de Teología, Filosofía, Teología Moral y Gramática.
El paso del tiempo llevaría a la iglesia de San Francisco a jugar el papel de templo, hospital, cuartel, centro de la Academia Cervantes, internado y capilla.
La portada se hizo en la última restauración de la iglesia en los años 80. Presenta características renacentistas y está edificada con piedra de sillería. En la parte inferior se halla el acceso al templo, con arco de medio punto, flanqueado por dos pilastras acanaladas: con decoración vegetal, y en la clave puede verse un angelito alado.
La Torre llama la atención por su gran altura y tamaño, de 35m de altura, planta cuadrada y cuatro cuerpos. El conjunto está cubierto por pizarra empleada a modo de tejas curvas que se disponen a dos aguas que deja apreciar la diferencia de altura entre la nave central y las laterales. Es curioso el dato de la cara norte del edificio, que fue completada por materiales reutilizados, extraídos de las lápidas del que fue el antiguo cementerio del convento.
En el lado derecho de la capilla central aparece una calavera situada como elemento decorativo de la ménsula, coronado por un pergamino con una inscripción y un cordón franciscano. La simbología de la calavera podría ser la fugacidad de la vida. La muerte se presenta como fin de la existencia y como etapa obligada antes de la consecución del triunfo. También hay una imagen de San Francisco como predicador.
Declarada Bien de Interés Cultural (BIC) en 1991.
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