La villa de Jadraque junto al Henares hace honor en el origen de su nombre al propio valle, Xadaraq, campo verde. El cerro coronado por el castillo del Cid que se cose entre el paisaje, la historia y la literatura, vuelca su mirada a villa que reposa acogedora a sus pies.
Casonas hidalgas salpican Jadraque y casi sin quererlo nos cuentan la historia de transeúntes y moradores. La Casa de los Verdugo que cobija la Saleta de Jovellanos, donde el político residió durante meses y recibió a Goya y que ilustró la sala con sus pinturas y que la convierten hoy en lugar de imprescindible visita. La Casa de las Cadenas, palacete de estilo castellano, cuna de intrigas de Isabel de Farnesio. La Casona de San Juan fue parada y fonda de Doña Juana la Loca en sus viajes entre Castilla y Aragón. La calle de San Juan alberga bellos edificios de los siglos XVI a XIX y sus calles se salpican de detalles, escudos de armas y blasones donde detener la mirada.
En la arquitectura religiosa Jadraque nos obsequia con la Iglesia de San Juan Bautista donde se superponen los siglos XVI, XVII y XVIII; sobre sale por sus portadas y por su sacristía. La ermita del Santísimo Cristo de estilo clasicista. El conjunto cristiano lo completan el convento de los Capuchinos y las ermitas de San Isidro y la de Cáritas.
Jadraque es, en resumen, tierra de ilustre hospedaje que acoge con agrado entre las costuras de su historia al sencillo viajero que se admira en sus urdimbres.
Horarios y acceso
A-II C-101