Molino de viento destinado a actividades culturales y donde se ha instalado un museo cuya temática es mobiliario y menaje típicos de la región.
Este molino fue construido en Munera por el matrimonio formado por Enrique García Solana y Amparo Gavidia Murcia en la primavera de 1975 como homenaje a nuestra novela más universal, El Quijote.
El molino tiene las aspas de hierro y son inamovibles, teniendo cuatro metros de diámetro por unos nueve de alto.
Consta de una planta baja, habitada con cocina típica, en la cual hay una gran variedad de mobiliario con un especial sabor manchego y quijotesco. Por una escalera de madera se sube al resto de las plantas, la primera es una habitación sala de estar como las que había antiguamente, por lo que todo el mobiliario tiene un especial sabor manchego y quijotesco.
En la segunda planta se encuentra lo que en La Mancha se llama la "cámara", sitio donde se tienen las cosas que, sin ser de uso muy inmediato, deben tenerse a mano como por ejemplo “la artesa” con todos sus utensilios (pesos y medidas propios de la zona), las orzas donde se tenían los chorizos y demás embutidos, entremiso de hacer el queso artesanalmente, hoces y dediles para segar, las distintas escobas que se usaban aquí y un largo etcétera de utensilios menudos propios de estos pueblos de La Mancha albaceteña.
