Dentro de la Catedral de Toledo existen zonas que, junto a las obras de arte que albergan, precisan una visita y una mirada pausada. Son los denominados Museos Catedralicios: la Sacristía, el Tesoro, la Sala Capitular, el Coro y el Transparente.
Sacristía
A finales del siglo XVI se construye por Vergara el Mozo la Sacristía. En su bóveda, un grandioso fresco de Lucas Jordán, que representa la Descensión de la Virgen en la imposición de la casulla a San Ildefonso, y en la cual podemos contemplar el autorretrato del autor en la última ventana del lado izquierdo. Al fondo, destaca el cuadro llamado "el Expolio" del Greco que pintó en ese mismo lugar en 1587 por encargo del Cabildo, está enmarcado en un retablo de mármol y bronce realizado en 1798, que sustituyó al realizado por el mismo Greco y del que se conserva solamente un grupo escultórico con la Imposición de la casulla. Toda la sala es una auténtica pinacoteca con cuadros de los más importantes pintores, como son: El Greco, Caravaggio, Tiziano, Van Dick, Orrente, Tristán, Goya, Morales, José Ramos. En uno de los laterales, se halla el sepulcro de alabastro romano del Cardenal D. Luis de Borbón, obra de Salvatierra en 1824. Junto a la Sacristía se encuentra la llamada sacristía arzobispal con obras de pintores como Rivera, Bassano o Bellini entre otros, y más adelante, dos salas completan estas dependencias con vestiduras litúrgicas realizadas en Toledo entre los siglos XV y XVII.
Tesoro
En 1900 se habilitó el cuarto del Tesoro debajo de la torre. Aquí están dentro de las vitrinas las principales obras de orfebrería de la Catedral. Sobre ellas, las pinturas para los cartones de los tapices que después se elaborarían en la Fábrica de Santa Bárbara en 1750. Pero lo que más destaca en el Tesoro es la grandiosa Custodia Procesional, encargada por el Cardenal Cisneros a Enrique de Arfe en 1515, que alberga el Ostensorio o custodia pequeña de su centro. Esta fue adquirida por el Cardenal Cisneros del legado de la Reina Isabel la Católica y según se cree fue realizada con el primer oro que llegó de América. Enrique de Arfe realiza esta custodia siguiendo el origen de las torres de las catedrales gótica y la custodia central del retablo mayor. Mide 2,50 metros de alto, dividida en tres cuerpos. Está compuesta por 5.600 piezas unidas por 12.500 tornillos, también contiene 250 estatuillas de esmaltes y plata dorada. Está coronada por una Cruz de diamantes realizada en 1600 y una peana del siglo XVIII de plata donada por el Cardenal-infante Luis Antonio de Borbón.
Entre otras muchas obras de arte de este Tesoro, sobre todo orfebrería, podemos contemplar la Biblia de San Luis de taller real francés, que fue regalada en 1258 a Alfonso X.
Sala Capitular
Por iniciativa del Cardenal Cisneros se crea esta nueva sala capitular con dos estancias, una antesala y la sala propiamente dicha, sustituyendo la antigua que estaba en la Capilla Mozárabe.
La antesala capitular fue edificada por Enrique Egas y Pedro Gumiel entre los años 1504- 1512, con una portada esculpida por Copín de Holanda. Su interior es de estilo “Cisneros”, combinación del gótico flamígero y último mudéjar. De forma rectangular donde los laterales están cubiertos por armarios, que sirven para archivar las actas capitulares. Los del muro izquierdo, labrados entre 1549 y 1551, por Gregorio Pardo a instancias del cardenal Silíceo, los de enfrente son copia de 1780 realizados por Gregorio López. Las pinturas murales del friso tienen una decoración vegetal realizado por Luis Medina, Diego López y Alonso Sánchez según las trazas de Juan de Borgoña en 1511. La portada de entrada a la sala capitular realizada en 1510, es de yeserías moriscas o mudéjares.
Entrando en la Sala Capitular destaca el artesonado dorado y policromado, realizado por el famoso tracista y tratadista Diego López de Arenas y ejecutado por Francisco Lara. Está rodeada esta sala por pinturas al óleo sobre el muro de yeso, que representan trece escenas de la Vida de la Virgen y la Pasión de Cristo, separadas por columnas fingidas, pintados por Juan de Borgoña en 1508. Debajo de estas la serie de 32 retratos de los primeros Arzobispos toledanos, pintados por Juan de Borgoña. A partir del Cardenal Tavera, lo ejecutaron insignes pintores, como: Comontes, Carvajal, Tristán, Rizi, Goya ó Vicente López, entre otros. La silla Arzobispal es obra de Copín de Holanda realizada en 1509.
Coro
Frente al Altar Mayor se encuentra el Coro más hermoso de las Catedrales europeas, realizado para albergar al Clero Catedralicio: Arzobispo, Canónigos, racioneros y capellanes de Coro. Está compuesto por la sillería alta, realizada desde el sitial y en su lado derecho por Alonso Berruguete y su lado izquierdo por Felipe Bigarny. La sillería baja fue labrada por Rodrigo Alemán entre 1489 y 1495, en ella se representa los episodios de la conquista de Granada. En ambos laterales, dos grandes atriles de 1570 realizados por Nicolás de Vergara el Viejo y su hijo el Mozo. En su centro, el atril de águila obra de 1425 de mano alemana. Preside el altar de prima una bella escultura gótica francesa del XIV llena de la dulzura y belleza de la Madre, llamada la "Virgen Blanca". Cierra el Coro una reja labrada por Domingo de Céspedes entre 1541 y 1548.
Transparente
Considerada en su momento como la obra cumbre del barroco español, está integrada en la espalda del Altar Mayor con un retablo de mármol español y genovés y representa la Apoteosis del Santísimo Sacramento de la Eucaristía. En el centro de este retablo existe una ventana oval que da luz al Sagrario rodeada de los arcángeles, y a esta llega gracias al rompimiento que se hizo en la bóveda de la girola, donde está representada la Gloria con todos los santos principales. Esta magna obra fue realizada por Narciso Tomé en 1732, auspiciada por el Arzobispo Diego de Astorga que está enterrado delante de su altar.
El retablo está formado en su primer cuerpo por una escultura de la Virgen y el Niño y los relieves de David y Ajimelec y el encuentro de Abigail con David, donde está la firma del autor. En el segundo cuerpo las esculturas de Santa Leocadia y Santa Casilda y sobre ellas la Santa Cena, más arriba, San Eugenio y San Ildefonso y finalmente coronando el retablo las tres Virtudes Teologales, que fueron esculpidas anteriormente en 1677.
ACCESO
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Taquilla General: C/ Cardenal Cisneros, s/n (Frente a la Puerta Llana)