Priego, es el portal de la Serranía desde la Alcarria, el pueblo se queda en un plano rodeado por el valle, mientras la puerta del surco del río Escabas se materializa en el Estrecho de Priego. Allí sus puntos más altos nos muestran los dos paisajes, inmersos ya en la sierra contemplamos al Alcarria y es la vista la que marca la frontera y no el mapa, entre la sierra y el valle.
Innumerables rincones nos dan en Priego la fisonomía de los pueblos de abolengo de Castilla y sus rincones se salpican de arte y señas de pasados tiempos. Partir desde la Plaza de los Condes es casi obligado y en ella, además del conjunto completo de interés arquitectónico, tenemos piezas de destacado protagonismo. La casa Pernia con su entrada adintelada, su adornada moldura y el balcón barroco no deja escapar el espacio de cabecera para un frontón partido con volutas. El palacio de los Condes de Priego ofrece a la plaza su fachada principal donde prima su galería con tres arcos de medio punto. En la calle de la Loma las casas de la Inquisición se exhiben con propia identidad.
Entre los monumentos religiosos destacan la iglesia de San Nicolás de Bari y los cenobios, en pie o en bellísimas ruinas, de San Miguel de las Victorias y Nuestra Señora del Rosal.
A las afueras, el Castillo se asoma a la garganta del Escabas de puntillas, desde la torre del homenaje de planta pentagonal, llamado el Torreón, vigila el acantilado.
Otras señas castellanas se diseminan reclamando la visita, el puente medieval de Allende de un solo ojo apuntado. Restos de un molino y de la fábrica de harinas de los Barrales. La fuente con la pila guarecida por un arco de medio punto o las características cuevas de San Roque para la guarda del vino.
Horarios y acceso
Acceso N-320 CM-310 CM-2108
