En un lugar de La Mancha se extiende Puerto Lápice, cuyo nombre recordará el seguidor de los pasos del Quijote por su evocación a éste, porque todo lo que lo envuelve evoca la magistral novela que cita esta localidad hasta en cuatro ocasiones. Su nombre recuerda también su encuentro de caminos en las estribaciones de los Montes de Toledo y el suelo de piedra lapícea que pisamos. “Y, hablando en la pasada aventura, siguieron camino del Puerto Lápice, porque allí decía Don Quijote que no era posible dejar de hallarse muchas y diversas aventuras, por ser lugar muy pasajero”
Las casas encaladas y su construcción típicamente manchega no deshacen el embrujo literario. La Plaza Mayor es una construcción de dos plantas de soportales, apoyados en zapatas y pies derechos de madera, pintados en el característico color almagre de la Mancha. Detalles del Ingenioso Hidalgo se esconden por doquier.
Las ventas que son origen de la población, mantienen su estructura y algunas reviven en sus patios, en su actividad y aun en su tipo de servicio, encuentros, citas o recuerdos de la magistral novela de Cervantes.
La Sierrecilla, un cerro cercano, ha recuperado, para acentuar esta estampa cervantina y típicamente manchega, dos molinos de viento que alzan sus aspas y recortan el cielo en el horizonte castellano de esta localidad.
Horarios y acceso
Acceso A-4