Principales atractivos
Entre la Mancha y los Montes de Toledo encontramos la localidad de Urda, a 68 km de su capital. Sus parajes están dominados por los brezos y han sido desde antiguo tierra de colmeneros de los que se obtiene una deliciosa miel. Sus primeros pobladores vivían en torno a la iglesia de San Juan Bautista, construida en el siglo XIII, sufrió importantes remodelaciones en el XVII gracias al apoyo del arzobispado de Toledo, financiador de las mismas.
Qué veremos
Los visitantes no pueden irse de esta localidad sin visitar al conocido como “Cristo de la Mancha”, que se guarda en la ermita del Santísimo Cristo de la Urda, el edificio más representativo del pueblo. De sobrio exterior sólo roto por sus puertas de bronce compuestas de ocho casetones en los que se narran acontecimientos de la vida de Cristo, son obra de Guerrero Malagón en 1986, pintor hijo de esta villa. La ermita solo tiene una nave que se divide en cuatro tramos, presbiterio y ábside plano; todo plagado de una llamativa decoración de corte barroco. En una de sus capillas podremos ver la carroza del Cristo, dorada y con forma de barco sobre cuatro ruedas, fue hecha en el siglo XIX. Hace unos años, con motivo del quinto centenario de la imagen del Cristo, Juan Pablo II le concedió a Urda el privilegio de ser sede jubilar, hecho que hizo crecer su importancia como centro de peregrinación.
Acceso
Acceso libre, si la encuentra cerrada pregunte en el Ayuntamiento.
Te recomendamos
El Museo Guerrero Malagón, en el casco urbano del pueblo, acoge desde su apertura en 1992 las obras, bocetos y dibujos de este artista urdeño; además de otros objetos donados por los devotos del Cristo.