Lo primero que se divisa desde la lejanía, es su Torre de la Iglesia Antigua, que se yergue altiva y vigilante en lo alto de una pequeña colina levantada en el centro del amplio valle y que en sí misma y a sus pies encierra uno de sus parajes misteriosos, por todos conocido y nunca explorado, la Cueva de la Mora, al pie de cuya colina y aún sobre ella se abraza el muro de la fortaleza de este pueblo. En este término hay castillos de forma natural llamados: del Aljibe, los Navajos y Pesquera de la Sierra que son cavidades labradas en la roca. La iglesia nueva, construida en 1589, es de estilo clásico, de construcción exterior tosca, con piedras rodenas y mampostería de toba, material frecuente en la zona. Se distingue de las de la zona por su mayor porte, torre cuadrada y portada sencilla de medio punto con pilastras simples con ventanal coronado por cruz en relieve.