Destaca en Zaorejas la especial estructura del pueblo, de calles estrechas y muy recias casonas de sillarejo calizo en toda su altura, para abrigar los interiores del intenso frío exterior.
El monumento más relevante de Zaorejas es sin duda el acueducto romano, al que allí llaman "el puente romano". Senía para salvar el barranco de Fuentelengua, y se encuentra a poco más de un kilómetro al sur del casco urbano de Zaorejas. Se compone de un alto muro de piedra careada a dos hojas y con relleno de hormigón de ripio trabado con mortero de cal. El alzado de este muro se divide en cuatro secciones de grosor decreciente según aumenta en altura. Teóricamente, la obra estaría coronada de una cornisa que daría paso lógicamente a un canal para la conducción del agua. Originalmente su altura era de 12 metros. Lo más impresionante de este acudecuto romano es el arco que salva el barranco, que tiene el aspecto de un auténtico "arco de triunfo" y que permitía a su vez el paso de una calzada romana por su Interior.