Garcilaso de la Vega

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Garcilaso de la Vega

GPS: 39.8628, -4.02732
Caballero renacentista de armas y letras
Garcilaso de la Vega

La ciudad de Toledo está profundamente ligada al gran poeta del Renacimiento, tanto como lo está Italia a su poesía. Su obra introdujo la métrica e innovaciones de Petrarca y de los autores italianos contribuyendo a que la poesía en español tuviera, tras él, su Siglo de Oro. 

Nacido en Toledo, crecido en Cuerva

El padre del poeta soldado ocupó importantes cargos en la corte de los Reyes Católicos. Su nacimiento y educación refleja el espíritu abierto y humanista del Toledo del Renacimiento. Finalizada su formación Garcilaso dominaba el latín y el griego y tenía conocimientos de italiano y francés. Pasaría largas temporadas en Cuerva, señorío de su padre. 

Contino de Carlos V y caballero de Santiago

La vida de soldado de Garcilaso comienza cuando toma el bando imperial en la guerra de las comunidades. Es nombrado contino -guardia real- de Carlos V y junto al emperador recibe sus primeras heridas al combatir contra los comuneros en Olías del Rey. También combate en el asedio a la isla de Rodas. Como consecuencia es nombrado caballero de Santiago y como tal, antes de ser armado, realiza su noviciado en Uclés

Boda y vida de corte en Toledo

Garcilaso se casará con Elena de Zúñiga en la ciudad de Toledo donde establecerá su casa en las inmediaciones del convento de San Clemente, no lejos de la casa de su padre ubicada en la calle Real. De especial interés son los meses transcurridos entre octubre de 1528 a marzo de 1529, pues permanece en la corte toledana junto a Carlos V. Allí conocerá al conde Baldasare Castiglione, autor de la obra El Cortesano. En ella se refieren, en forma de diálogo, las características que debe reunir un hombre para estar al servicio de reyes y nobles. Es el retrato del hombre ideal según el Renacimiento. Su importancia es fundamental y el papel de Garcilaso para traducirla al castellano también, pues a petición suya lo hace Juan Boscán. 

Poeta y soldado

Desde 1529 hasta 1534 Garcilaso realizará cortas estancias en Toledo, participando activamente en las guerras de Italia y alcanzado gran fama entre los humanistas de Nápoles. Es entonces cuando desarrolla su gran obra poética. Después de 1534 no volverá a pisar su ciudad natal. Murió en 1536 en Niza a consecuencia de sus heridas de guerra. Aunque fue enterrado allí, su viuda, Elena de Zúñiga, hizo trasladar sus restos a la capilla del Rosario, en la iglesia conventual de San Pedro Mártir, donde permanecen.

 

Soneto XVI, “Para la sepultura de Don Hernando de Guzmán”

No las francesas armas odiosas,
en contra puestas del airado pecho,
ni en los guardados muros con pertecho
los tiros y saetas ponzoñosas; 

no las escaramuzas peligrosas,
ni aquel fiero ruido contrahecho
de aquel que para Júpiter fue hecho,
por manos de Vulcano artificiosas, 

pudieron, aunque más yo me ofrecía
a los peligros de la dura guerra,
quitar una hora sola de mi hado. 

Mas infición del aire en sólo un día
me quitó el mundo, y me ha en ti sepultado,
Parténope, tan lejos de mi tierra.

 

 

 

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